El pasado miércoles 21 de Junio, dos maquinas excavadoras destruyeron gran parte de una quebrada en la entrada del Bosque Panul, terminando con la vida de muchos árboles, arbustos y animales nativos. Las obras fueron solicitadas por el Alcalde Rodolfo Carter y paupérrimamente ejecutadas por el Ministerio de Obras Públicas. La destrucción fue rápidamente detenida por la comunidad, pero aún queda mucho por reparar y hasta ahora es la gente la que se está haciendo cargo.
La mañana del miércoles 21 de junio no fue la mejor para los visitantes habituales del Bosque Panul, en La Florida. Dos máquinas excavadoras reemplazaban el cantar de las aves y la brisa mañanera por mecánicos y ruidosos sonidos de orugas metálicas aplastando follaje y quebrando madera. La inquietud en los animales se podía sentir, el vuelo errático de Tiuques y Aguiluchos, acompañado del arrancar veloz de Chincoles, Chercanes y Jilgueros que veían como su hogar en la quebrada se destruía en segundos.
En tan solo algunas horas, una quebrada geológicamente inactiva hace miles de años, se volvía una peligrosa fuente de aluviones para el futuro. En tan solo unas horas, una quebrada poblada de Litres, Quillayes y Espinos, rodeados de Trevos, Romerillos y Colliguayes, se convertía en un penoso desierto lleno de muerte. En tan solo unas horas, la humedad que dio hábitat al Palito Negro y al Helecho Frágil, a la Yaca y al Churrin del Norte, se secaba dejando un pedazo de bosque convertido en un tobogán para el barro por venir.
¿Cómo ocurre algo así? Los responsables una vez más las autoridades
Hace ya algunas décadas, las autoridades locales de la región y la comuna decidieron ampliar el límite urbano hacia la precordillera, es decir, donde antes habían viñas y bosques ahora se poblaría de viviendas y urbanización. Desde ese entonces ninguna autoridad ha hecho nada por proteger la precordillera, aunque ésta represente una amenaza constante por el riesgo de aluviones, ni mucho menos por el aporte natural y ecosistémico que nos entrega.
Hace algunos meses, el Intendente Claudio Orrego ordenó al Ministerio de Obras Públicas (MOP) a realizar la "Limpieza" de las quebradas activas de las comunas precordilleranas, para evitar la obstrucción de éstas por escombros y basura, y evitar que ocurran problemas más adelante. El alcalde Rodolfo Carter no quiso ser menos y solicitó al MOP a través de un oficio, realizar la "Limpieza" de una quebrada más en La Florida. Ahí comenzó el problema.
El pésimo actuar del MOP
La limpieza de una quebrada podría sonar como algo bueno, un aporte al medio ambiente. Cualquiera con un poquito de sentido común entendería que una limpieza significa sacar todo elemento dañino y ajeno a la naturaleza de la quebrada, que en específico podrían ser basuras, escombros, muebles viejos, neumáticos y ese tipo de cosas. Sin embargo para el MOP "Limpieza" Significa otra cosa.
Según indican las especificaciones técnicas que entregan a las empresas contratistas a las que licitan las obras, una "Limpieza" de quebradas correspondería a "la remoción de todo material que interfiera el normal escurrimiento de las aguas" y especifica que "La superficie del cauce deberá quedar despejada de todo elemento obstructivo; árboles, arbustos, raíces, troncos, pastos, bloques, escombros, desperdicios, etc."
Cualquier persona con un mínimo grado de conocimiento de naturaleza sabrá lo dañino que es esto para el ecosistema, y cómo una obra así no se justifica en una quebrada estabilizada, por donde no escurre agua hace miles de años, como lo era la del Panul.
Las obras fueron ejecutadas por el contratista Pedro Alberto Mancilla Fabbri quien con sus empleados y con dos maquinas excavadoras arrasaron con 177 metros lineales de quebrada, unos 1150 metros cuadrados aproximadamente, realizando en un día el 21% del trabajo encargado, el que debía realizarse en un plazo de 60 días, es decir, se realizó el trabajo de unos 12 días en tan solo uno, evidenciando la pésima ejecución de la empresa, que a su vez, sólo se dedico a realizar la destrucción solicitada explícitamente por el MOP.
La comunidad interviene
Ante el evidente ataque a nuestro bosque nativo, la comunidad vigilante del Bosque Panul se dispuso a defenderlo, buscando parar las maquinas. En primera instancia decenas de vecinos se acercaron al jefe de obras a exigir información, recibiendo violentas y agresivas negativas. Ante la insistencia de la gente, y la denuncia pública en distintos medios, se convocó a una reunión extraordinaria con las autoridades responsables.
Al día siguiente, el jueves 22 de Junio, se llevaría a cabo la primera reunión en terreno, a la que acudió mucha gente de la comunidad y representantes de Juntas de Vecinos, la Brigada Alto Florida, la Red Precordillera y Conciencia Panul. Por otra parte se hizo presente el representante de la empresa contratista, el SEREMI del Ministerio de Obras Públicas Fernando Soto, junto con el encargado técnico de la licitación de obras, Edgardo Oñate.
Desde el municipio sólo llegó personal de la seguridad municipal (RPM) a primera hora junto con un camión y maquina chipeadora para seguir siendo cómplice y parte de la destrucción del Bosque, como lo fue el día anterior, pero se fueron antes de comenzar la reunión. Ninguna autoridad municipal se ha hecho presente ni se ha pronunciado pese a que fue el municipio el que exigió al MOP estas obras.
Se pararon las obras
Pese a que las autoridades del MOP llegaron a la reunión en una postura defensiva y justificando la ejecución de las obras, bastó bajar a la quebrada para ver en carne propia la irracional destrucción y la irresponsable ejecución. Decidieron parar las obras inmediata y definitivamente debido al evidente mal manejo y la destrucción ejecutada, aunque echándole la culpa en todo momento a la empresa contratista, tratando de esconder su responsabilidad.
En una segunda reunión con la comunidad y las distintas organizaciones, el SEREMI insistió en lavarse las manos indicando en que la culpa de esta destrucción del bosque nativo era de la mala ejecución de la empresa contratista, alegando que ellos habían solicitado que no se tocara los árboles nativos. Sin embargo fue desmentido y fue leída en su cara las especificaciones técnicas de la licitación, que especifican la remoción de árboles y arbustos, teniendo que asumir la culpa del organismo institucional. En esta segunda reunión, a la que una vez más no acudió ningún representante del municipio de La Florida, se informó del cese definitivo de las obras y se propuso, por parte de la autoridad, la realización de una limpieza de la quebrada acorde a lo que el bosque necesita y “a la pinta de la comunidad”. Esta negociación está aún en trámite.
La comunidad es desconfiada de las aparentes buenas intenciones de un organismo que ya hizo las cosas mal, y está enfocada en que éstos reparen el gran daño hecho al bosque nativo y respeten las intenciones de conservación que tiene la gente.
La Comunidad se hace cargo de su territorio
La enseñanza de esta catástrofe es clara, esto ocurre porque las decisiones las toma gente que no es capaz, que no conoce a cabalidad ni su territorio ni su gente.
Rodolfo Carter mandó a destruir una quebrada con una excusa de limpieza que no era necesaria, Fernando Soto y Edgardo Oñate del MOP mandaron a ejecutar una obra entregando lineamientos técnicos genéricos (copiados y pegados de otras licitaciones) sin si quiera realizar una visita a terreno para ver si era realmente necesario, o de qué forma hacerlo. Las decisiones se toman siempre desde arriba sin tomar en cuenta la realidad territorial, sin tomar en cuenta el conocimiento popular ni las intenciones de la gente, y son ejecutadas por gente ajena, ignorante del ambiente y poco preparada.
El Bosque Panul ha sido defendido por años por gente de distintas comunas de Santiago, pero con un gran arraigo territorial, por ser considerado el último bosque nativo de esta ciudad. Alejando proyectos inmobiliarios y empresas deportivas que sólo buscaban el aprovechamiento económico de un lugar natural que hay que conservar.
El pasado domingo 9 de Julio, a dos semanas de lo ocurrido, la comunidad se organizó una vez más para proteger el Bosque Panul. Una nueva jornada de reforestación reunió a cientos de personas en el bosque, los que plantaron cerca de 200 árboles nativos, que se suman a los casi 700 plantados anteriormente. Además, se bloqueó el acceso a la quebrada destruida, para evitar el ingreso de personas, bicicletas, motos y animales ajenos, y así evitar un mayor deterioro del terreno.
Se está planificando la mejor forma de reparar el daño realizado, contener las laderas ahora activas para evitar futuros deslizamientos de barro y piedras. Se plantarán eventualmente más árboles y arbustos nativos y se realizarán verdaderas limpiezas, como las que ya se han hecho cientos de veces por gente organizada, en la que se sacará sólo basura y desechos, protegiendo la integridad natural de la quebrada.
Así, una vez más, la comunidad organizada da lecciones. Así es como se hacen las cosas, desde abajo, con organización, con conocimiento y amor por tu tierra.
Se pararon las obras, ahora queda que el MOP y el Municipio reparen el daño realizado, es hora de convertir de una vez por todas el Bosque Panul en el Parque que la comunidad quiere y lucha por construir.