Como sabrán, llevamos años trabajando en Huertos Urbanos de La Florida, e impulsando su creación desde la comunidad, pero esto no ha estado exento de dificultades. El municipio ha eliminado unilateralmente huertos de la comunidad e intentado apropiarse de otros, mientras que el espacio y el Riego son un problema constante. Hoy les contamos lo difícil que es hacer agricultura urbana en La Florida.
Abandonado Pero Privado, El Perro del Hortelano
Todo comenzó en Av. México con Santa Julia, en un intento de recuperación de un sitio que estaba abandonado hace años. L@s vecin@s se organizaron y construyeron uno de los primeros huertos urbanos de La Florida del Siglo XXI. Sin embargo sólo duró unas semanas, hasta que el dueño de estos terrenos -que mantuvo este sitio en abandono dándole diversos problemas a los vecinos- decidió cerrar el lugar para que allí no se hiciera nada, y así permanece hasta la fecha. Bastante similar a lo que se vivió hace unos años con el cierre del Cerrito. Tal como el perro del hortelano, que no come ni deja comer, el privado prefiere que su terreno este abandonado y lleno de basura antes que dejar que la comunidad lo use para beneficio colectivo.
Encontrar un lugar para la agricultura urbana es el primer desafío y lamentablemente recuperar un sitio privado en desuso no ha sido fácil ya que en este país la propiedad privada siempre será más importante que el beneficio social de la comunidad o el bienestar de l@s vecin@s.
Más adelante, los vecinos se trasladaron a otro lugar, un sitio de uso público que había sido recuperado por un Comité de Adelanto pero que antes también era un sitio eriazo. En jornadas de trabajo comunitario se comenzó a trabajar en las camas de cultivo. Así nació el Huerto Comunitario La Berenjena, uno de los más importantes huertos urbanos de La Florida, en el cual hemos tenido el honor de jugar.
Uno de los factores más importantes para la agricultura urbana es el agua. Una vez más es una lástima saber que el agua en Chile fue usurpada, separada de la tierra y entregada a privados, por lo que no es de acceso público y tenemos que pagar por ella. Mantener un huerto casero significa incurrir en un gasto extra en agua potable, y mantener un huerto comunitario en un espacio público significa un gran desafío dado que no siempre se cuenta con una llave a mano.
En el Huerto La Berenjena se ha pasado de tener que arrastrar bidones con agua desde las casas (por un largo tramo), pasando por sacar agua de una plaza lejana con cientos de metros de manguera, hasta tener que hacer la vaca para arrendarle agua a los vecinos. Esto todo porque el municipio de La Florida se ha negado en incansables oportunidades a facilitar una llave de agua municipal para mantener éste que es un espacio público de la comuna, excusándose en que poner una llave significa un gasto estratosférico y apelando a una supuesta normativa (que no existe) que indica que no se puede poner agua en un sitio con plantas comestibles y rodeado con rejas, como es el caso de La Berenjena.
Aquí No Se Hace Nada Si No Lo Hago Yo
Pero si hablamos del municipio, este ha sido uno de los principales problemas para la agricultura urbana en La Florida, ya que en esta comuna tratamos con un municipio que se niega rotundamente a dejar que la comunidad se reúna y participe. No solo evitando su participación de forma estructural, vale decir no generando las instancias, sino que eliminando de forma violenta todo lo que esta haga en comunidad, para luego hacer algo similar y anunciarlo a los cuatro vientos.
Con la agricultura urbana no ha sido diferente. En el año 2015 un huerto urbano ubicado en una platabanda de San José de la Estrella, que cuidaban l@s vecin@s con gran participación, fue eliminado violentamente, cortando y botando todas las plantas que habían, para "hermosear" con una jardinera con plantas ornamentales sin ningún uso. Para peor, hay personal municipal mandatado a ir todas las semanas a "desmalezar" y eliminar cualquier planta que pongan que no sea de ell@s, como los Amarantos que trataron de resistir un tiempo, recordándonos que en La Florida está prohibido plantar afuera de tu casa.
Un caso similar se vivió en Cabildo, al lado de la municipalidad. Una locataria de la feria artesanal decidió sembrar alimentos en una jardinera del paseo peatonal: Choclos, Trigo, Tomate, Ají y otras medicinales como la Menta, entre otros. Su intención, que funcionó por un tiempo, era enseñar sobre la alimentación saludable a l@s niñ@s de los colegios cercanos que pasaban por ahí al salir de clases y preguntaban con curiosidad. Consciente de que podían sacar el huerto, fue una decena de veces a pedir permisos en el municipio, pero nunca la quisieron atender. De un momento a otro, las plantas fueron arrancadas, destruyendo el huertito, para poner las mismas plantas ornamentales de siempre, sin si quiera avisarle.
Mientras tanto, se creaba el huerto municipal "Huerto Jardín Orompello", un huerto fachada hecho sólo para que se vea desde afuera. Para hacer este huerto se usó un terreno municipal que era un gran bosquetón urbano y se talaron decenas de árboles frutales para hacer espacio. El huerto se construyó a puertas cerradas, sin ninguna participación de l@s vecin@s: lo financió el municipio, lo diseñó el municipio y lo implementó el municipio. Sólo fue abierto una vez para su inauguración, pero ahora, como siempre, sigue cerrado todo el tiempo. Es importante destacar que en este lugar, que está cerrado con rejas y tiene plantas comestibles, sí pusieron una llave de agua que antes no tenía (Pero en el Huerto La Berenjena esto no se podía).
Si No Es Mío, No Puede Ser Tuyo
Volvamos al Huerto Comunitario La Berenjena, uno de los huertos más importantes e influyentes del sector sur de Santiago y que ya cumplió 4 años de autonomía y autogestión comunitaria. Hecho que claramente no le gustó al municipio.
Hace unos meses, por ordenes del alcalde, las funcionarias de dos direcciones municipales intentaron la apropiación del Huerto La Berenjena. La estrategia fue intentar dividir a la comunidad, ofreciendo poner una Plaza en lugar del huerto, de esas con Ladrillo Molido y sin vegetación. El gancho era que el huerto podía seguir existiendo si se quería, pero ahora serían jardineros municipales los que lo cuidarían (y así evitaban la organización vecinal). Mientras tanto, el permiso para hacer uso del terreno que el Comité de Adelanto tuvo por 9 años, fue quitado sin razón ni aviso alguno.
Pero su intento fue infructuoso, el día en que las funcionarias municipales pretendían mostrar el diseño definitivo de plaza ante un puñado de vecinos, llegaron cientos de vecinos de La Florida y otras comunas a defender la existencia y autonomía del Huerto La Berenjena y ante la presencia de tanta gente a favor, tuvieron que acatar la decisión comunitaria y se retiraron. Hasta ahora no han vuelto, pero tampoco han querido renovar los permisos de uso ni apoyar en la gestión del agua para el riego.
La Florida es una de las comunas con más iniciativas de huertos urbanos, la mayoría de ellos en casas particulares, pero también muchos de gestión comunitaria en espacios públicos. Sin embargo no ha sido fácil mantenerlos, y no por falta de motivación y participación, sino por tener un sistema completo en contra. En un país donde el Agua es un bien de mercado y la propiedad privada prima por sobre cualquier derecho humano, y en un municipio donde el Alcalde decide lo que va y lo que no será, la tarea de generar consciencia comunitaria, educación ambiental, apropiación de nuestros espacios públicos y participación social, no es para nada sencilla.
Pero sin importar los obstáculos que nos pongan, la lucha por el control comunitario de nuestro territorio, la lucha por la soberanía alimentaria y los huertos urbanos seguirá en pié. Podrán destruir nuestros huertos, pero la semilla ya está germinando y no tardaremos en replantar.