A 3 años de nuestros primeros brotes. Volvemos a asomar nuestros cotiledones en medio de una pandemia global y después de una revuelta nacional.
Nos individualizaron, nos pusieron un número y nos hicieron competir.
Nos golpearon, nos gasearon y nos apresaron. Nos dispararon esperando la micro, nos dispararon cortando cilantro y Nos cegaron.
Nos mutilaron, nos torturaron y nos mataron.
Persiguen a la organización, destruyen la comunidad, devastan el planeta.
Nos explotaron en la salitrera, nos explotaron en nuestros cubículos y ahora nos quieren tele-explotar.
Rompieron nuestros huertos, nos extinguieron, nos desertificaron. Taparon con pintura las paredes que gritaban, taparon la sangre de la dignidad con telas blancas y escribieron sobre ella "Paz". Convirtieron la solidaridad en un show, vieron en la pandemia un negocio, salvaron la economía y sacrificaron ventanas. Nos involucraron en una estafa piramidal obligatoria, nos robaron la salud, la vejez y la educación. Nos saquearon legalmente.
Taparon el HAMBRE con luces.
Guardamos entre nuestras semillas la memoria y labramos un presente de encuentro y resistencia.
Somos parte de la tierra, como la abeja que poliniza la flor.
Somos parte de la tierra, como la lombriz que fertiliza el suelo.
Somos parte de la tierra y el Sol nos da energía.
Somos parte de la tierra, como el agua que riega los bosques.
Somos parte de la tierra porque la tierra es parte nuestra.
Somos lxs que luchan por mantener un equilibrio con el planeta y con nosotrxs mismxs.
Cuidamos al ecosistema que nos alberga.
Somos el sustrato de otros mundos posibles. Somos los humanos que regeneran el bosque.
Nos rebelamos, con una sonrisa insurrecta que transpira trabajo, y una profunda conexión con la tierra que nos abraza y nos deja protegerla. Somos el bosque nativo brotando.
Sembramos semillas libre, nos oponemos a los agromonopolios, al patentado de lo vivo y a la estandarización de la diversidad.
Cosechamos alimentos limpios, negamos el plástico que envuelve lo compostable y el veneno que destruye la biodiversidad.
Buscamos la abundancia, de la semilla que se multiplica, despreciamos la desertificación de las exportaciones.
Cocinamos en la olla común, para alimentarnos el alma. Nuestras acelgas fueron un ingrediente la comida de la revuelta.
Le peleamos la ciudad a la grúa pluma, cultivando en cada grieta, nos hermanamos con los arboles cercenados, propagamos la flora nativa en el patio de los traficantes de palmeras.
Vivimos el territorio, nos reconocemos dentro de él y nos articularnos comunitariamente, descubrirnos como vecinxs, como cercanxs, como otrxs, dejar de ser individuos para volver a ser parte del todo, hemos vuelto a llamarnos pueblo.
Ahora bien, frente a la falta de acceso a la alimentación y el abandono por parte de la oligarquía que hace ocupación del Estado, hacemos un llamado a confiar en toda experiencia organizativa liberadora que se construye al calor de esta y otras luchas. Hoy más que nunca se hace necesario desplegar y practicar la Soberanía Alimentaría en todas sus dimensiones, debido a que igual que otros tiempos de nuestra historia, nuevamente nuestro pueblo sufre hambre, siendo imperativo cosechar nuestra propia comida para mantener esas mismas ollas comunes que en el pasado nos alimentaron.
Educaremos, a nuevos acelguerrilleros que puedan actuar desde la pandemia
Invitaremos, a todxs a hacerse parte, en especial a los huertos comunitarios y agricultores urbanos.
Difundiremos, las acciones propias y ajenas enmarcadas en esta revolución.
Compartiremos, la imagen de la Acelga que brotará en los territorios y sus redes.
Que todas las veredas, que todas las calles, que todos los lugares que tengan tierra, incluyendo nuestras uñas, sean lugares para sembrar y así poder alimentar al pueblo.
El pueblo alimenta al pueblo a través del trabajo de la tierra, que es suya aunque no tenga su nombre. La tierra es de quien la trabaja, la semilla es de quien la siembra y el alimento será compartido para todos, todas y todes.
El capitalismo ha caído. Larga vida a la acelga.
¡FLORECEREMOS!
Revolución de la Acelga