Un huerto comunitario es una forma de agricultura urbana que aparece cuando un colectivo organizado de personas se hace responsable de cultivar un espacio público. Para que esta instancia sea posible se necesita un terreno, organización, riego y trabajo.
Este tipo de huerto suele recuperar terrenos subutilizados o en estado de abandono. Convirtiendo estos espacios en lugares. Puede ser el patio sin uso de una sede social, un terreno abandonado que acumula basura o una platabanda que ya no será utilizada como estacionamiento.
Construcción huerto piramidal Werta Olimpica |
Sin gente no hay huerto, ya que son los cultivadores los que dan sentido al espacio y le proporcionan los cuidados periódicos necesarios. Puede darse el caso que el colectivo organizado preceda al huerto y que como parte de la reflexión del trabajo territorial se decidiera que el huerto trae beneficios a su comunidad. También puede darse el caso que el motivo de la organización sea el huerto y el grupo humano se conformará por la necesidad de coordinar los esfuerzos que mantienen cultivado el espacio.
El riego es un factor critico en este tipo de organización, las plantas necesitan agua y las personas tienen que ser capaces de conseguirla para regar apropiadamente los cultivos. Esta es una condicionante, mientras más fácil sea el riego menos esfuerzo tiene que hacer la organización para mantener vivo el proyecto.
Se necesita un trabajo constante para mantener un huerto comunitario este trabajo se mantiene con la voluntad de los participantes de la organización y por mingas abiertas en las que voluntarios esporádicos se acercan al espacio para aportar fuerza en las labores propuestas.
Las razones por las que pueden conformarse huertos comunitarios son variadas ya que la práctica genera una serie de beneficios para el ecosistema, los participantes y la comunidad. La recuperación de lo abandonado amplia la geografía local creando un lugar, un espacio con sentido que posibilita el contacto con la naturaleza, fortalece el tejido social, las redes de cooperación y la identidad barrial. Es un espacio de empoderamiento, aprendizaje y experimentación que genera diversidad biológica y cultural.
Minga de Trabajo Huerto Comunitario La Berenjena. |
La cosecha eficiente de alimentos suele no ser el objetivo principal del colectivo. Es común que el huerto urbano sea el primer acercamiento que tienen los miembros de la organización a la agricultura, pero más importante que eso, como esta actividad no es la fuente de alimento, ni sustento económico de sus miembros, la educación y difusión de principios y formas de vida más ecológicas suelen convertirse en prioridades por sobre la producción.
El huerto de la Plaza Bogotá nació en la Revuelta de Octubre y fue destruido por la Municipalidad de Santiago durante la cuarentena. |
Estas organizaciones se crean y se disuelven constantemente, la amenaza de una administración municipal comprometida con el sabotaje a los espacios comunitarios es una constante, varios son los huertos destruidos por empleados municipales, es posible además que no exista en la organización la fuerza o la constancia de hacerse responsable por el espacio.
El huerto comunitario es una flor de la crisis y en los periodos de agitación social tienen su primavera. Luego que se desestructuró el movimiento estudiantil del 2011 se crearon diversos colectivos que se articularon desde principios asamblearios y conscientemente antisistémicos. Generando discursos críticos hacia a la institucionalidad, participando de movimientos más amplios como la defensa del agua, prestando apoyo y difusión en conflictos socio-ambientales, realizando actividades conmemorativas de fechas relacionadas con la memoria reciente, movilizándose contra legislaciones como el TTP11 y solidarizando con los movimiento mapuche y feminista.
En Santiago se han realizado periódicamente varios esfuerzos por juntar a los integrantes de los huertos en redes, encuentros o asambleas.
El año 2014 se realizó el “Encuentro Nacional de Huertos y Agricultura Urbana” organizado por la desaparecida ONG Red de Agricultura Urbana.
Durante el año siguiente aparece la Red de Huertas por la Inclusión, que agrupaba experiencias ligadas a la hortiterapia en un espectro amplio. Con el paso de las reuniones periódicas realizadas durante el 2015, la red cambió su foco desde la inclusión a los huertos comunitarios, cambiando también de nombre. La red de huertos comunitarios continuó reuniéndose hasta abril del 2017 y fue nuevamente convocada en una oportunidad a principios del 2019.
Otro ciclo de encuentro de huertos es el que se realizó por iniciativa del Huerto Comunitario Mapu Wengülen. Que fue anfitrión de 3 encuentros de huerto entre Julio de 2018 y Julio del 2019.
Al llamado de la Acelga:
La Revolución de la Acelga es una campaña comunicacional que realizamos desde hace 3 años, consiste en invitar a la propagación de la acelga en espacios urbanos, jardines o plazas. Al ser un cultivo altamente resistente, prácticamente se cuida solo. La estética de la campaña utiliza imaginería de guerrilla.
La acelguerrilla inicia con un videocomunicado, el del año 2020 está marcado por la crisis sociosanitaria, el estallido social, el recrudecimiento de la represión estatal y las condicionantes impuestas por la pandemia global fueron la motivación para hacer un llamado a los huertos comunitarios de manera virtual, gracias a la desterritorialización se abrió el espacio para que participaran huertos de todas las latitudes del país.
Huerto La Berenjena Cosecha de acelga para Olla Común 19 de Octubre |
El primer encuentro Virtual de Huertos Comunitarios Por la Crisis Sociosanitaria fue realizado el Lunes 22 de Junio, por la plataforma Jitsi y transmitida en vivo por youtube, se conectaron 60 organizaciones y poco más de 20 se conectaron por el streaming, entre ellos personas de México, Argentina y Uruguay que observaron atentamente.
Participaron además dos redes de huertos territoriales ya consolidados la Red de huertos Litoral, San Antonio y la Red de Huertos de Melipilla.
Este encuentro estaba destinado a reunir Huertos Comunitarios y comunidades organizadas en torno a la agricultura urbana, con el objetivo de coordinar acciones de apoyo a los territorios afectados por la pandemia. Esta primera instancia correspondía a un diagnóstico en el que se buscó reconocernos y ponernos en contacto.
Olla Común en Pandemia. |
Muchas de las organizaciones participantes eran huertos recientes, creados durante el estallido social de Octubre, derivados de asambleas territoriales conformadas en la contingencia o como respuesta a la crisis Covid. También participaron huertos con años de funcionamiento que habían participado de las anteriores reuniones y algunas personas con experiencia en huertos urbanos.
Existía una urgencia por ser un aporte en la premuras del momento y el deseo de destinar cosechas a las redes de abastecimiento y ollas comunes. Buscar maneras de difusión, encuentro y autoeducación.Se hizo notar una preocupación por el uso de la información del encuentro, esta preocupación se dirige por una parte contra la intromisión policial en las asambleas barriales y por otra parte la apropiación desde la academia de saberes y semillas. Frente a lo cual la transmisión en vivo obligaba a hablar con precaución. Y si por ejemplo un huerto se emplazaba en un terreno en disputa o bajo ocupación, los integrantes del colectivo debían guardarse información que les comprometa.
Desde la organización del encuentro, se plantea que el objetivo no es la creación de una asamblea o red de huertos, sino, un momento anterior. Es decir, Posibilitar espacios para conocernos y articularnos de manera descentralizada.
En el segundo encuentro que se realizo el 27 de Julio, se trabajó en grupos divididos según criterios de afinidad que fueron: huertos recientes, huertos consolidados, contingencia Covid, autoformación y comunicaciones.
En esta reunión la cantidad de asistentes fue menor, pero llegaron organizaciones que no participaron antes. Se trabajó de manera separada con los huertos recién formados y los huertos ya consolidados, debido a los desafíos que cada organización debe afrontar. Los primeros deben tratar de no desaparecer, y aprender a hacer funcionar el huerto comunitario en todas sus dimensiones. Lo segundos estarán enfocados en compartir su experiencia con los huertos nuevos y perfeccionar la capacidad productiva y reproductiva sobre todo considerando que se llegó a la conclusión que los huertos urbanos no tienen la capacidad de aportar sostenidamente al abastecimiento.
Se conformó una comisión de autoeducación y no se logró conformar la de comunicaciones, sin embargo se conversó con una compañera de Costa Rica sobre el potencial de los huertos comunitarios en Abya Yala y como sabíamos de movimientos similares en Uruguay, Colombia, México y Ecuador.
El día lunes 14 se realizó el último encuentro de huertos por la crisis
sociosanitaria, en dónde se acordó enviar el diagnóstico participativo
(encuesta), en dónde la idea es lograr ver la disponibilidad de taller
educativos, además de detectar las necesidades de autoformación para los
huertos y comunidades que participaron del encuentro. Es por esto que
es muy importante que lo respondan idealmente hasta fin de mes, para
poder calendarizar y difundir las actividades que se realizarán con el
fin de autoformarse y apoyarnos en el crecimiento de nuestros huertos y
comunidades, por lo que agradecemos lo respondan en el siguiente link: https://forms.gle/
Creemos como organizadores que todavía falta para poder tener una red de huertos comunitarios a nivel nacional. Pero que la virtualización de estos encuentros es un gran aporte, totalmente compatible y complementario con futuros encuentros físicos. Y que si bien en este momento el movimiento de huertos comunitarios no tiene capacidad de ser un aporte constante en la cadena de abastecimiento. La contingencia ha revelado la importancia y potencial que tiene cultivar esta práctica que se enfrenta a las crisis económica, ecológica alimentaria y energética.
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